Estudiante cátedra LARA, Valentina Sarmiento Domínguez.Me resulta muy curioso que después del arte español, por mucho tiempo el arte colombiano ha mantenido el discurso de dominación patriarcal. Asociando lo anterior con la metáfora del espejo, no usamos el espejo, sino que nos hemos preocupado por reflejar el deber ser y el deber actuar de la mujer y el hombre que nos dejaron los españoles.
Cuando se comienzan a incorporar representaciones sensibles que rompen con esos estereotipos y tratan de enviar mensajes de género distinto, me resulta una pregunta, ¿considera usted que esas nuevas representaciones realmente nos reflejan? ¿estamos usando el espejo? Lo pregunto porque esas imágenes tienen un discurso político y religioso muy importante que puede crear nuevas formas de concebirnos o por el contrario, reproducir ideas de dominación y afianzas las relaciones de poder.
Estudiante cátedra LARA, Valentina Sarmiento Domínguez. Me resulta muy curioso que después del arte español, por mucho tiempo el arte colombiano ha mantenido el discurso de dominación patriarcal. Asociando lo anterior con la metáfora del espejo, no usamos el espejo, sino que nos hemos preocupado por reflejar el deber ser y el deber actuar de la mujer y el hombre que nos dejaron los españoles.
Cuando se comienzan a incorporar representaciones sensibles que rompen con esos estereotipos y tratan de enviar mensajes de género distinto, me resulta una pregunta, ¿considera usted que esas nuevas representaciones realmente nos reflejan? ¿estamos usando el espejo? Lo pregunto porque esas imágenes tienen un discurso político y religioso muy importante que puede crear nuevas formas de concebirnos o por el contrario, reproducir ideas de dominación y afianzas las relaciones de poder.